La primera caminata simulada en Marte
"Estábamos listos para lo peor (desmayos)... pero eso no ocurrió". Los mensajes que publicó ayer en Twitter Diego Urbina evidenciaban la tensión del momento. El italo-colombiano es uno de los seis astronautas que participa en Mars500, experimento que simula un viaje de ida y vuelta a Marte, y que ayer completaron 257 días de encierro antes de realizar la primera caminata marciana de la misión. Urbina fue uno de los tres miembros de Mars500 en "caminar" por Marte y ayer clavó las banderas de la Agencia Espacial Europea (ESA) y de Rusia en el módulo que simula la superficie marciana. La caminata dio un respiro a los organizadores del experimento, las agencias espaciales de Rusia y Europa, que con esto intentan probar que el hombre es capaz de soportar sicológicamente un viaje hasta Marte. "La comunidad científica está muy satisfecha con la calidad del material, pero como se trata de un experimento a largo plazo, tenemos que esperar los resultados hasta la 'llegada" a la Tierra'", dijo Jennifer Ngo-Anh, encargada de la misión. Es decir, aun quedan más de 200 días de viaje simulado de regreso a la Tierra, ocho meses más de encierro en los módulos de la base ubicadas en las cercanías de Moscú donde se lleva a cabo el experimento. ¿Qué debieron soportar en este viaje? Satisfacer su necesidad de alimentación con la misma comida sintética que se usa en misiones espaciales, una estricta rutina de ejercicios de dos horas diarias para probar su resistencia y sólo una ducha cada siete días. Además, los sometieron a situaciones estresantes, como reparar instrumental básico para preparar sus alimentos, y debieron sobreponerse a emergencias médicas dentro de la "nave". De hecho, el tripulante Sukhrob Kamolov es cirujano cardiovascular y deberá hacerse cargo de una simple herida hasta emergencias dentales. Por ejemplo, durante una de las salidas uno de los miembros sufrirá una lesión simulada que tendrá que ser asistida por sus compañeros de caminata espacial. Y si la ida fue compleja, los médicos de la misión esperan que el retorno sea más difícil aún, ya que el confinamiento podría aumentar la tensión entre los seis participantes que pueden abandonar la misión cuando quieran. Pero, hasta ahora, ninguno se ha mostrado con deseos de salir. Como si fuera real Hacer lo más real la experiencia es vital para los organizadores de Mars500. Por ejemplo, la caminata de 72 minutos se realizó sobre una superficie similar a la del cráter Gusev, explorado el rover Spirit de la Nasa en 2004. En el lugar se realizarán otras dos caminatas marcianas e instalación de equipos que protagonizaron tres tripulantes con trajes espaciales rusos de 30 kilos de peso. Mientras, sus tres compañeros permanecen "orbitando" en otros módulos a la espera del viaje de vuelta que comenzará la primera semana de marzo. Para matar el tiempo, hay invernaderos, salas de reuniones y actividades. La caminata espacial estuvo precedida un estricto protocolo. Desde el centro de control de la misión en Rusia, se dio paso a las etapas de aproximación a Marte, descenso y salida a la superficie que en total demoró más de una semana. Para agregarle realismo, todas las operaciones entre Marte y la Tierra tienen un retraso de 20 minutos, lo que demoraría en llegar la señal de los equipos en Marte a nuestro planeta. Los voluntarios -tres rusos, dos europeos y un chino- también tienen la posibilidad de usar las redes sociales para distraerse. De hecho, Urbina contesta preguntas a través de su cuenta (@diegou).
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